En los carrizales, charcas y aguazales en que cría,
el rascón pasa como una flecha de una mata a otra, entre la espesa
vegetación, con su largo y rojo pico apuntando al suelo. Es
suficientemente pequeño y delgado para moverse sin delatarse por la
vegetación, andando a largos pasos. Mientras anda a veces yergue su
cola, mostrando las plumas blancas de debajo. Su vuelo dura unos pocos
segundos, aleteando blandamente.
Canon 7D + Canon 100-400mm, 400mm, 1/200sec, F5.6, ISO 400